7.6.09

La despedida


Cae la noche, las horas se convierten en años, y parece increíble pero no puedo dormir. Quien diría que justamente yo estaría atormentada por un hombre como él.

Un millón de ideas, momentos y pensamientos que no dije me están volviendo loca. Parece ser que ahora padezco de insomnio, y que cada día este estado se incorpora más a mí. A veces siento que todavía sigo expectante a que regresen esos días donde todo comenzó, y poder deshacer lo edificado. Así, no me hubiera convertido en esa mujer dependiente de ti. ¿Quién diría qué en mi absoluta independencia necesitara tanto de ti, y de tu presencia en mi vida?
Quiero dejar de pensar y volver a ser esa ave rapaz en libertad. Esa misma que tú valoraste de mí una vez ,y que yo perdí; al igual qué te perdí a ti. Necesito que se restablezca en mí esa armonía imperiosa, que me inundaba de fortaleza. No pretendo estar expensas de ti toda la vida, pero por momentos se me complica la existencia y no puedo dejar de fantasear. Me es imposible poder llegar a realizar algo, que no sea pudiendo pensar que me dirías tu en este momento. Necesito tu aprobación aunque me cueste admitirlo, y muchas veces esto parece ser “que me conduce a perder mi identidad”. O eso dicen algunos.


¿Por qué no puedo valorarme a mí misma, más allá de ti? No puedo todavía entender como encontraba alivio estando únicamente rodeada de tus brazos. Brazos que en verdad me estrangulaban mi corazón ya que en el fondo yo sabía que no te importaba yo. El problema es que eso ya no lo quiero más, a pesar de que me duela y no sepa cómo enfrentarme: ¡Basta ya!
Basta de negar, encubrirte, protegerte, de apoyarme en ti. Fuiste un ocupa en mi vida durante mucho tiempo, y ahora soy yo la que debo desenredarme, ver que era una mero espejismo.
Pareciese que la primavera inundo mi vida retoñando nuevas ilusiones, pero la realidad es otra. Es invierno y yo estoy tratando de ser más fuerte, de desenredarme de tus atrapantes brazos. Basta de depender absolutamente de ti. No puedo todavía entender como hay algo en mi interior que quiera desplegar las alas, mientras otra parte de mi no se lo permite. Pareciese que es todo un verdadero lujo poderse desenmarañar. Pero es el día de hoy, que no estoy dispuesta a sostener esta absurda idealización bajo mi espalda, el peso me está echando hacia atrás. Y hoy decidí que no me puedo hundir más.


Muchos me decían que terapia me brindaría esta luz para hallar mi camino. Y capaz no entendí lo que me estaban indicando, pero ahora me di cuenta que únicamente era yo quien tiene esa luz para formarlo. Pienso que estos momentos de introspección me harán ser más fuerte, y capaz lleguen a ser una arma más para liberar esta batalla. Aunque me cuesta encontrarme conmigo, sin que tu estés más aquí, decidí que hoy te convertiste en una piedra molestosa en el camino.

Como ves, acabe subordinada hacia ti, me fusione contigo, perdiéndome a mi misma en el camino. Me di cuenta que este tiempo, todo lo que hacía era al servicio tuyo. Y sinceramente menos mal que llegó este día para decir: ¡basta ya! Seguramente van a seguir siendo días que ni siquiera voy a poder hacerle frente. ¿Cómo soportar que jamás vayas a volver a estar en mi vida?

Capaz un rayo de luz me hizo aceptar un poco esta realidad. Aunque ahora que lo vi, el problema será cómo enfrentarme a ella. Pero ya decidí que prefiero la desilusión de ahora, a vivir en ese idilio donde yo con mi imaginación había creado de ti. ¿Qué eres tú ahora realmente para mí? Con lo único que cuento, por el momento, es que yo no tengo porque sostener esa imagen idealizada de ti. Más aún, cuando tú me demostraste que no eres más como yo te soné y te sentí sobre mí.

¡Basta de tanto sacrificio! , ¡Basta de soñar con esa satisfacción inalcanzable! Esto ya es un adiós, no un hasta luego. Cada uno eligió un rumbo, y aunque me pese decirlo: Así no es como yo te quiero en mi vida. La idealización, según dicen, perdura hasta cuando empieza a tambalear. Parece que conseguiste tambalearlo porque hasta hace poco seguías encima de esa nube donde eras el intocable. Hoy la aceptación de lo que realmente eres, se está penetrando en este nuevo sueño. En donde tus encantos ya no son los que eran, donde tus miradas parecen pérdidas, donde nuestros encuentros no son más que desencuentros. Y donde esa conexión jamás será la misma, porque una conexión implica la necesidad de que dos personas se unan. Y eso no está más aquí entre los dos. Nunca más estaremos en el mismo andén. ¿Pero cómo conseguirlo?

Dicen que la pareja es la dispareja, pero aquí ni siquiera hubo pareja. Entonces, ¿Qué hay que romper? Hay que fragmentar ese anhelo, esa expectativa soñada en una glorieta de bosques donde un rayo de luz mañanero nos lleno de ilusión y fantasías que parecen haber culminado. No hay nada qué arreglar, nada más que decir, ni tan siquiera un momento que reconstruir. Parece ser que todo quedará cómo está. Será cómo una parada más en el trayecto de este tren que empezó a recorrer otros caminos en su vida, donde tú ya no eres una parada más. No espero nada, simplemente agradezco haber bajado ese peldaño donde un día me subiste como una princesa. Así parece comenzar un nuevo camino para mí, ya que el tuyo siempre lo tuviste. No pretendo exigirte ningún reencuentro, solamente pido que respetes mi nido libre. Esa parte de mi que siempre tanto me gusto guardar, y no mostrar, para resguardar mi interioridad. Y que tú en algún momento llegaste a ocupar.